Las personas estamos formadas por diferentes esferas que contribuyen a nuestro bienestar: física, social y psicológica. En Neurona abordamos las tres áreas, con la finalidad de alcanzar la mayor calidad de vida posible ante el deterioro cognitivo en personas mayores.
En concreto, dentro de la esfera psicológica, podemos hablar de dos grandes áreas: cognitiva y emocional. Trabajar el área cognitiva a través de la estimulación es una de las actividades que realizamos en Neurona.
¿Qué ocurre con la esfera emocional?
Un reciente estudio publicado en la revista Neurology, y elaborado por la Universidad de Columbia (EEUU), dentro del Northern Manhattan Study, encuentra lo que ya se ha visto en estudios anteriores: la depresión podría afectar al funcionamiento de nuestra memoria.
Dentro de este estudio, se ha encontrado que un 22% de los participantes tenían mayores síntomas de depresión y puntuaban más bajo en pruebas de memoria episódica. La memoria episódica es aquella que nos permite recordar hechos pasados concretos, por ejemplo qué comía ayer o a qué hora tuve la cita del médico.
Otro de los hallazgos de este estudio, es que el grupo de personas mayores con niveles de depresión más altos tenía un volumen cerebral inferior y más probabilidad de padecer infartos cerebrales.
Aunque una carencia de este estudio es que no pudo demostrar una relación directa entre la depresión y problemas de memoria, estudios como este nos permiten vislumbrar la importancia de mantener una buena salud a todos los niveles para que nuestro cuerpo y nuestro cerebro funcionen adecuadamente.
¿Cómo cuidar nuestro cerebro?
Para una mayor calidad de vida y bienestar, debemos cuidar nuestra salud cognitiva, emocional, física y social.
En concreto, en relación al cuidado de nuestro cerebro, es de vital importancia tener en cuenta 5 reglas
1. Come sano: mantener una alimentación equilibrada y rica en vitaminas y minerales permitirá que nuestro cuerpo y, por tanto, nuestro cerebro, funcione adecuadamente.
2. Haz ejercicio: realizar ejercicio físico aeróbico incrementa el flujo sanguíneo y, por tanto, una mayor oxigenación de los tejidos de nuestro cuerpo. El cerebro trabaja gracias al aporte de glucosa y oxígeno, por tanto, el ejercicio físico es clave para su buen funcionamiento.
3. Mantén tu mente activa: trabajar las distintas funciones de nuestro cerebro permitirá que estén estimuladas y que su desgaste sea menor. Al igual que trabajamos los músculos del cuerpo, el cerebro también debe ser ejercitado. La estimulación cognitiva previene y frena el avance del deterioro cognitivo.
4. Mantén un buen estado de ánimo: como hemos visto en este estudio, mantener un buen estado de ánimo es clave para que nuestro cerebro esté a pleno rendimiento. Relativiza los sucesos negativos y aprovecha las experiencias positivas que te brinda la vida.
5. Sal con amigos: las relaciones sociales tienen múltiples beneficios para nuestra salud, entre ellos mejoran el estado de ánimo y la autoestima. Además, cada vez son más conocidos los nefastos efectos que tiene para la salud la soledad no deseada.