La neuroplasticidad se define de manera general como la capacidad del cerebro para reorganizar sus patrones de conectividad neuronal, reajustando su funcionalidad. La plasticidad cerebral es una propiedad del sistema nervioso que persiste a lo largo de la vida y está presente en el envejecimiento normal, también en el daño cerebral adquirido e incluso en las demencias.
El proceso de neuroplasticidad provoca conexiones neuronales en respuesta a información proveniente tanto de experiencias ambientales, como de estimulación sensorial o como consecuencia del normal desarrollo.
La rehabilitación neuropsicológica aprovecha este fenómeno para generar nuevas sinapsis, aunque el efecto sea limitado en algunas ocasiones. A día de hoy no existe un consenso establecido respecto al efecto que se produce aprovechando este fenómeno, ya que depende de múltiples factores: tipo de deterioro, edad, proceso de recuperación, reserva cognitiva –y conectividad asociada-, factores genéticos, etc.
En cuanto a los efectos positivos de la neuroplasticidad nos encontramos:
– La adquisición de nuevas capacidades, desarrollo humano, procesos de aprendizaje, mejora en las capacidades cognitivas y comunicaciones más eficientes entre redes sensoriales motoras.
– La neuroplasticidad está presente en el cerebro adulto pudiendo mejorar su capacidad funcional, detener procesos patológicos, promover la recuperación de pérdidas sensoriales y mejorar el control motor, la cognición y la memoria.
– Por último la plasticidad cerebral juega un papel relevante en la recuperación funcional tras una lesión cerebral.
Un comentario
Excelente artículo